UNA SOLA CHISPA PUEDE PROVOCAR LA MAYOR DE LAS REACCIONES. Una chispa, un paso o un sentimiento. Lo cierto es que cuando existe química entre dos partes, el conjunto puede dar grandes resultados. Sean cuales sean el escenario o las circunstancias.
El caso de Marina Abramović y Ulay es un buen ejemplo. Los dos artistas fueron pareja en los años setenta y juntos realizaron grandes obras, pero la relación acabó en 1988. El adiós también fue convertido en arte con la performance Los Amantes. Cada uno recorrió 2.500 kilómetros de la Gran Muralla China hasta encontrarse; luego, un abrazo y sus caminos se separaron para siempre. Más de 20 años después, la artista serbia realizó una retrospectiva de su obra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York; en una de las acciones, Abramović experimentaba un minuto de silencio con diferentes personas que se sentaban frente a ella. Ulay, su expareja, apareció sin que ella lo supiese. ¿El resultado? Química.
Una mirada resume miles de recuerdos. Todos vivimos situaciones en las que nos impregnamos de olores, sabores o sentimientos que nunca olvidaremos. El poder está en encontrar a esa pieza con la que encajamos.
La historia de Abramović y Ulay puede aplicarse a diferentes ámbitos. Los resultados dependen de la sintonía que exista entre aquellos que forman parte de un proyecto. En Alma Comunicación y Estrategia compartimos esta filosofía. La relación que mantenemos con nuestros clientes se basa en el entendimiento, en saber interpretar sus objetivos. Si quieres sentirlo, ya sabes dónde encontrarnos. Nosotros estamos dispuestos a mirar.
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