El tema de adblockers, que agita el mundo de los medios de comunicación digitales desde hacer varios años tiende a oscurecer una pregunta mucho más inquietante, la del modelo económico de la prensa y los medios de comunicación en general. ¿Está la información destinada a convertirse en una «conveniencia» que se integra en paquetes vendidos por los operadores de telecomunicaciones? O peor aún, ¿para ser patrocinada por Google o Facebook para alimentar así sus plataformas de contenido?
Shane Smith, fundador y CEO de Vice, causó un gran revuelo con su predicción de un «baño de sangre» en los medios de comunicación en 2017: «Todo esto debido a que el spot de 30 segundos se está muriendo, el anuncio gráfico desapareció y porque la mitad de la población utiliza adblocker«.
Los que sí parecen salir ganando de esta proliferación de bloqueadores son las plataformas tecnológicas y sociales, Facebook y Apple, entre otras, en detrimento de los medios de comunicación, que son plenamente conscientes y dan el salto de publicar su contenido directamente en Facebook…. y eso que los términos de la comercialización de la publicidad se mantienen por la buena voluntad de las plataformas.
Con el declive de la publicidad online tradicional, la mayoría de los principales medios de comunicación han creado estructuras dedicadas a la producción de contenidos para las marcas, con ventajas como el conocimiento de las expectativas de su público, su experiencia editorial y el poder de sus medios de comunicación.
Otro camino que están empezando a tomar es el fomento del comercio electrónico y nuevos servicios complementarios para lograr crecimiento. Venta de entradas, clases de cocina, juegos, descarga de vídeo… todo lo que sirva para sacar provecho de su audiencia y sus comunidades para vender sus productos y servicios.
Este movimiento hacia los contenidos, servicios y comercio electrónico también requiere de un fortalecimiento de la capacidad de analizar los «datos» de los medios de comunicación. Saber quién nos lee, qué les interesa más es fundamental. La cuestión es que, si llegados a ese punto de conocimiento de la audiencia no se podrá volver a dar un giro en busca de contenidos de calidad que sí que consigan volver al origen de los medios de comunicación.
