No es la primera vez que se habla de la muerte de Twitter. Ahora, con datos en la mano que indican además el auge de otras redes, vuelve a surgir la cuestión: ¿se está muriendo Twitter o se está transformando?
Twitter, creada en 2006 y reconocida en 2013 como la segunda red social más popular en el mundo está actualmente estancado en 310 millones de usuarios al mes, mientras que competidores como Facebook, Instagram o Snapchat continúan experimentando un aumento en el número de usuarios a un ritmo mucho más fuerte.
El ascenso de estas otras redes sociales, muy notable que Snapchat tenga más de 150 millones de usuarios activos al día, hace que el debate esté entre los usuarios, las marcas, los medios de comunicación se centre en si tiene sentido mantener el mismo uso de Twitter después de 10 años.
No hay que olvidar que Twitter fue diseñado y pensado como una red de microblogging para transmitir mensajes cortos y donde la reciprocidad no era obligatoria (ni se le debía exigir). La aplicación se “democratizó” muy rápidamente entre un público que no ha entendido del todo esta esencia.
La clave está en esa finalidad primera: seguir (individuos, personalidades, empresas, marcas influyentes o atractivas, medios de comunicación, perfiles institucionales, políticos o empresariales…) para formar una red que nos permita estar informado y, de paso, construir la posibilidad de ser reconocidos a su vez como factores de influencia.
Twitter es gratis, traspasa fronteras y ha cambiado nuestros hábitos de comunicación. Así que Twitter se ha convertido en un medio de comunicación de pleno derecho que ofrece información, noticias y ecos de estas noticias en tiempo real sobre diversos temas, transmitidas por diferentes sujetos y para diferentes receptores con distintos objetivos. Porque más allá de los números, más allá de sus limitaciones actuales, ningún medio de comunicación social tiene tanto impacto y alcance como Twitter.
